Síndrome del túnel carpiano
El Síndrome del Túnel Carpiano es una afección causada por la compresión del nervio mediano al pasar a través del túnel carpiano, una estructura en la muñeca formada por huesos y ligamentos. El nervio mediano controla la sensibilidad y el movimiento de partes de la mano, especialmente el pulgar, el índice y el dedo medio.
Causas:
• Movimientos repetitivos de muñeca (como el uso constante del teclado)
• Lesiones en la muñeca
• Condiciones médicas como diabetes, artritis reumatoide y embarazo (retención de líquidos)
Síntomas:
1. Entumecimiento u hormigueo en el pulgar, el índice y el dedo medio y parte del anular. Estos síntomas pueden empeorar durante la noche.
2. Dolor: Puede sentirse en la muñeca y extenderse hacía los brazos o los dedos. El dolor a menudo aumenta con actividades que involucran flexión de la muñeca, como escribir o sujetar objetos.
3. Debilidad; Los músculos de la mano pueden debilitarse, lo que dificulta tareas como sostener cosas o realizar movimientos finos con los dedos.
4. Sensación de hinchazón; Aunque no haya hinchazón visible, es común sentir que los dedos o la mano están inflamados.
5. Empeoramiento nocturno; Los síntomas suelen ser más notorios.
Diagnóstico:
• Examen físico
• Pruebas específicas como el signo de Tinel o la maniobra de Phalen.
• Estudios de conducción nerviosa.
Tratamiento:
• Reposo y modificación de actividades
• Uso de férulas nocturnas
• Medicamentos antiinflamatorios
• Fisioterapia
• Infiltraciones con Corticoides
• En casos graves cirugía para descomprimir el túnel carpiano
El porcentaje de personas con síndrome del túnel carpiano que requieren cirugía varía dependiendo de la gravedad de los síntomas y la respuesta del tratamiento conservador. En general, se estima que entre el 30% y el 50% de los casos del túnel carpiano terminan requiriendo cirugía.
Sin embargo, este porcentaje puede variar en función de la duración de los síntomas, la causa subyacente y otros factores individuales.
La cirugía suele recomendarse cuando los síntomas son severos, persisten a pesar del tratamiento no quirúrgicos (como férulas, fisioterapia o infiltraciones) o cuando hay evidencia de daño nervioso progresivo.
El tratamiento adecuado puede prevenir complicaciones como la debilidad permanente o la pérdida de sensibilidad.
PUBLICADO EN LA REVISTA SALUD MÉDICA EDICIÓN # 21
Dr. Jorge Ardón
Traumatólogo y Ortopeda
Condominios Médicos del Valle II
2do. nivel, consultorio # 212
San Pedro Sula, Honduras
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